lunes, 22 de abril de 2013
¿QUÉ FORMACIÓN TIC NECESITA EL PROFESORADO?
Si un
docente pregunta ¿qué curso me recomiendas para actualizarme en esto de
las TIC? la respuesta no es nada fácil. Hace unos años todo era mucho
más sencillo. Algún cursillo en ofimática o sobre cómo buscar en
Internet. Y ya estaba casi todo hecho. Los más valientes diseñaban una
página web.
Hoy en día
lo tenemos todo mucho más complicado. Cursos con siglas por doquier:
PLE, PBL, MOOC, RRSS, APP... Con este panorama, cualquiera, no muy
apasionado en estos temas, puede que desista al instante. Muchos se han
quedado anclados en el PowerPoint y otros tantos no resisten los fallos
que conlleva el uso de la tecnología. La tarea de motivación se hace
cada vez más difícil, sabiendo además que cada año hay alguna novedad a
tener en cuenta. Y más aún ¿quién motiva al motivador en el uso de las
TIC en los centros educativos?. Esto ya daría para otra entrada...
Personalmente,
no complicaría mucho la formación y actualización del profesorado.
Exceptuando casos más específicos, basaría la formación en la
metodología y en el uso de algunas herramientas TIC básicas. Mis
preferencias, a la hora de dar nuevas competencias en TIC al profesorado, son:
- Formación en redes sociales para la educación. Usos del Twitter como herramienta de autoaprendizaje. Leer entrada: Profesor ¿aún no estás en Twitter?
- Aprender a usar otras herramientas de comunicación. Comunicarse con los alumnos a través de alguna plataforma o aplicación móvil: Line, redAlumnos, Google+, Edmodo, etc.
- Saber trabajar en la nube de modo individual y colaborativo. Con Google Apps o con Office 365.
Con esta
base, seríamos capaces de trabajar, aprender y enseñar, de un modo más
acorde a los tiempos que vivimos y a los que nos quedan por vivir. A
través de estas herramientas podemos adaptarnos a trabajar desde
diferentes dispositivos: ordenadores, tabletas o móviles. Eso sí, sin
olvidar la necesidad de una metodología que no se base principalmente en
la memorística sino también en el trabajo colaborativo, la autonomía
personal, en el saber hacer y en formar personas críticas.
Es necesaria
esta base mínima, tanto para alumnos como para profesores, que nos
ayude a trabajar con competencia. Una base que nos provea de unas
competencias digitales que habitualmente no tienen ni los mal
denominados "nativos digitales" ni los supuestos "emigrantes digitales"
del siglo pasado. Unas competencias que se pueden adquirir con una
formación mínima y una práctica constante.
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